Entre 2018 y 2024, el sector fotovoltaico español vivió su mayor transformación y expansión histórica, consolidándose como pilar fundamental de la transición energética. Este período se caracterizó por el crecimiento acelerado de instalaciones, la mejora regulatoria, la llegada de grandes inversiones y una rentabilidad creciente tanto en gran escala como en autoconsumo doméstico e industrial.
En un periodo de precios altos, seguridad jurídica y un encarecimiento brutal del precio de gas y del CO₂, llevó los precios de la energía a récords nunca vistos hasta ahora lo que mejoró la rentabilidad de los proyectos sin necesidad de subvenciones directas o primas como ocurrió en el capitulo anterior.
Fin de Barreras e Impulso Legislativo
En 2018 se derogó el llamado “impuesto al sol” permitiendo el relanzamiento del autoconsumo fotovoltaico.
Real Decreto-Ley 15/2018: Eliminó restricciones al autoconsumo y sentó las bases de un nuevo marco abierto y favorable.
Real Decreto 244/2019: Reguló y simplificó finalmente el autoconsumo, habilitando el autoconsumo compartido, modalidades de compensación por excedentes vertidos a la red, y eliminando límites de potencia. Los trámites administrativos pasaron a ser mucho más ágiles y se adoptaron modelos innovadores como el alquiler de tejados y la gestión colectiva de energía solar.
Precio de la energía y precio instalaciones
El verano de 2018 se vivió lo que para entonces era una gran subida del precio de la energía, pasando de una media al día de 45 euros a más de 80, que junto con la caída del precio de los paneles 30% y posteriormente un 80%, replanteo muchos proyectos tanto de generación como de autoconsumo.
Pero la gran subida vino justo después de la pandemia, en el verano de 2021 coincidiendo con un cambio legislativo en las tarifas de energía (pasando a las denominadas tarifas TD), se empezaron a ver en el pool precios por encima de los 100 Euros/MWh.

La situación se agravó de forma extraordinaria en 2022, cuando la invasión de Ucrania disparó el precio del gas natural y, en consecuencia, el precio del a electricidad, que llegó a picos de 700 Euros el mega (08/03/2022 Omie) y medias de más de 500 Euros mega.
En esta situación podemos hacernos una idea de las rentabilidades y amortizaciones que las instalaciones ofrecían, sumado a la seguridad y estabilidad que ofrecía a las empresas y a los particulares, el no depender de precios tan volátiles.
Problemas y Desafíos
Uno de los mayores problemas que existió fue la gran demanda de puntos de evacuación, dada la gran rentabilidad que ofrecía la inversión en fotovoltaica en España, muchos inversores y empresas se lanzaron a presentar proyectos algunos ni siquiera tenían intención de realizarse, solo bloquear la capacidad disponible y venderla luego.

Esto llevó a las administraciones nuevamente a legislar, solicitando avales económicos, plazos más estrictos, etc. A pesar de estas medidas hoy en día es un problema que sigue latente.
Otro de los problemas que surgió es la judicialización de proyectos por cuestiones ambientales, a pesar de que se han introducido nuevas regulaciones para integrar mejor las plantas en entornos rurales, es uno de los conflictos más importantes hoy día.
Estabilidad de la red, a pesar que se pueda creer que es un problema reciente debido al apagón, es un problema que muchas personas llevan denunciando desde hace mucho tiempo, la generación solar necesita ser almacenada o consumida en el mismo momento en que se genera, y debe ser respaldada por otras energía que suplan sus carencias.
Balance de crecimiento
La segunda revolución fotovoltaica en España ha sido impulsada por el propio mercado, no por subsidios, la combinación de precios altos en energía, precios bajos en material y un marco regulatorio mucho más maduro ha convertido a la energía solar en un pilar del sistema eléctrico español.
Estabilidad de precios: La gran capacidad instalada durante estos últimos años en España, ha llevado a recuperar la estabilidad en los precios del pool, aunque ha cambiado totalmente la curva de precios que teníamos durante la última década, llevándola a la tan conocida «curva de pato».
Capacidad instalada: Se estima que tenemos unos 34.000 MW de potencia instalada, la cual permite en muchas ocasiones casi cubrir la totalidad de la demanda de España con fuentes renovables y llevando los precios a 0 en esas horas, algo que está lastrando la inversión en fotovoltaica en España en estos últimos meses.

De 2018 a 2024 se multiplicó por cinco la potencia, pasando de unos 6.000 MW a más de 32.350 MW, un crecimiento récord que ha convertido la fotovoltaica en la primera tecnología del sistema eléctrico.